19 febrero 2006

En la cornisa


¿Qué de Johnny y June me atrapó?

No fue la historia. Es una más... El chico rechazado por el padre que sale a la vida a empujones, el joven rebelde que lucha por imponer lo que quiere ser, el marido que se cansa de las exigencias de su joven esposa, el cantante que consume drogas para poder resistir las giras interminables... Johnny Cash pasó por todo eso. No es el único, ni el último. ¿Un final feliz para una vida tan dura? Hollywood nos tiene acostumbrados.

Rescato como valiosa la actuación de Joaquin Phoenix. Cómo se calza el personaje, cómo lo ha estudiado y cómo lo interpreta. Me creo, absolutamente, frente a Johnny Cash, me creo sus canciones, su voz profunda, su debilidad, sus desesperados recursos para triunfar (la canción de la cárcel, la declaración de amor a June en el escenario, la función musical en la prisión).

No sé si su labio roto, su mirada de chico perdido o la torpeza de su gestualidad suman a su actuación. Sólo sé que Johnny y June podría ser una película más sobre la depresión en Arkansas, sobre la juventud rebelde de los 60, o sobre una historia de amor. Es más que eso, gracias a la actuación de Phoenix.

Liliana Sáez

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