13 abril 2007

El Telón de Azúcar

Marcela Barbaro



En el marco del 9º Festival de Cine Independiente de Buenos Aires –BAFICI–, asistí a varios estrenos de los que algunos no vale la pena escribir, pero hay otros que sí. Este documental es uno de ellos.

Desde Chile, y en calidad de exiliados, los padres de Camila Guzmán Urzúa fueron recibidos con los brazos abiertos por el pueblo cubano, ella por entonces contaba con dos años de edad. El gobierno les dio todo y, lo más importante, la posibilidad de ser felices por muchos años. Así se presenta la autora de este documental en su regreso a Cuba, donde recuerda cómo fue su crecimiento durante la época de oro de la revolución. Su generación perteneció a los llamados “pioneros”, quienes fueron altamente instruidos en los tres niveles de educación así como en materia de compromiso político en pos de la revolución.

Esa etapa donde reinaba la solidaridad entre la gente, donde el Estado les proveía de todo, donde tenían trabajo y el ambiente se poblaba de poesía y trovas mientras soñaban con ser como el Che, fue apagándose a partir de la caída de los regímenes sociales en la URSS (entre otras cosas).


Con su cámara en mano, Urzúa entrevista a sus amigos de la infancia, a los que se quedaron y a los que se fueron. Visita sus lugares de estudio y compara los tiempos de oro de la revolución y los tiempos actuales. Pasado y presente puestos a prueba a través de un sistema político del que, hoy, la autora duda de su autenticidad. Su voz en off conduce el relato y lo encauza a través de un recorrido cronológico para preguntarse si la utopía soñada por la revolución y el pueblo cubano era posible, y si verdaderamente se logró. Estas son las cuestiones que inquietan a la cineasta “desilusionada” del idealismo.

Independientemente del punto de vista ideológico, la mirada de Urzúa no trasciende demasiado sobre las causas por las cuales el régimen cubano ha sufrido ese deterioro que tanto dolor y desilusión le causa. Hay más nostalgia que explicación o investigación. El film hasta podría funcionar como catarsis. Es decir, en ningún momento se plantea que, por ejemplo, la globalización y el capitalismo salvaje pudieran ser la causa de ese deterioro que ha llegado también a otros países del Tercer Mundo.

Sin embargo, es un documental interesante porque abarca a toda un generación que soñó con un mundo y con un hombre mejor. Lo llamativo es que nos enteramos que toda esa generación, incluida Urzúa, se fue de Cuba. Todos ellos tienen estudios universitarios terminados allí, pero su capacidad intelectual fue a aplicarse a otros países. ¿Se tendrían que haber quedado allí devolviendo todo lo que les dieron? ¿Eso está bien o está mal? ¿El Estado no debería retener a quienes ha capacitado tanto en lo ideológico como en lo intelectual? Algunos de los entrevistados dicen que una de las razones por las que no se quedaban era que no tenían elementos para poder trabajar y que además no trabajarían por módicas sumas de dinero. ¿Cómo se actúa a partir de ese planteo? En fin, ¿qué ha pasado con las utopías: se necesita que mueran para que nazcan otras o siempre serán las mismas recicladas?

El telón de azúcar nos invita a la reflexión, a pensar algunas de las cuestiones que plantea directamente y las que también se traslucen. Vale le pena observar su mirada en este presente indescifrable.

10 comentarios:

Liliana dijo...

El exilio, Marcela... Lo que encontrás cuando volvés... Todo lo que mencionás es muy sensible para mí. Quisiera tener respuesta a todas esas preguntas que hacés, aunque sé que no las hacés para que yo te las responda, pero sí me parece válido planteárselas y arriesgar opiniones, pues los temas que toca esta película son bastante polémicos.
Necesito ver la peli, necesito pensar un poquito antes de arriesgar alguna opinión.
Gracias por tu nota. Un beso.

Dante Bertini dijo...

las utopías...entregué una parte de mi vida a ellas y no me arrepiento: me han hecho quien soy, pero ¿toda una vida? ¿hay derecho a pedírselo a alguien? creo que no, sobre todo cuando no se cree en "otras vidas" posteriores a esta.
tengo mi opinión al respecto desde hace mucho tiempo y no creo que haya película alguna que pueda cambiarla.

MAREÑA dijo...

Una señora cubana quien tiene 3 carreras todas estudiadas en Cuba, me cuenta que ellos salen del país, pero tienen que mandar mensualmente su cuota de dinero a Cuba, ella fue pionera y no quiere volver a su país, pero su hijo fue educado con otra mentalidad en la escuela y sueña con volver.

Faro Rojo dijo...

Hola de nuevo. Compruebo que no dejais de editar artículos.
alegro.
Leo gratamente el artículo sobre j cohen. Su documental sobre FUGAZI me encanta. Vedadero punk. Viva THE EX.

Por cierto, se publico en España, hace una semana o dos, ARROZ AMARGO.
¡Por fin!
Sobre los 300, fui a verla (gratis, si no ni voy). Que película más facha, incongruente en algunos puntos históricos.
Revisión a través de la historia sobre la guerra de Irak.
Los marines defensores de la libertad...
Sin comentarios.
Saludos.

Anónimo dijo...

Liliana, gracias por visitar mi blog. me estremeció lo que me contaste ahí.

Un beso grande niña.

Canichu, el espía del bar dijo...

en el documental Balseros, se ve la desilusión cubana con la revolución y después, una vez instalados en USA con el capitalismo.Podria completar a esta.

Faro Rojo dijo...

Le añado al link

Anónimo dijo...

Muy buenas! Por desgracia no tengo tiempo de leer tu psot, pero no quería irme sin dejarte un saludo. Mi blog vuelve a vivir, lo que no se si es buenoo es malo. Un beso enorme.

Liliana dijo...

Saludos a todos y muchas gracias por sus comentarios.
El tema de Cuba es bastante complejo. Creo que es la certeza de que las utopías no se cumplen tal como se sueñan. Sin embargo, sin ese idealismo inicial, ¿qué hacemos en este mundo?
Irse del país es algo que te marca profundamente. Volver... vuelves a otro sitio, no al que dejaste... Te quedan marcas, viviste un tiempo y una realidad que no es la misma que vivieron tus vecinos. Te sientes extranjera en tu propio país... Es una cicatriz inmensa.
Hace días que no se renueva la página... No nos hemos ido, aquí estamos y seguiremos. Agradezco la visita de todos ustedes.

Anónimo dijo...

Soy de la generación de la autora de Telón de Azúcar. Como ella, salvando las circunstancias personales también emigré y como ella, creo que de haber firmado la autoría del documental, yo lo habría hecho igual.

De Cuba se puede hablar mucho. Horas, días... pero es imprescindible vivir allí. No decir que estuve un mes, o que tengo amigos íntimos allí. No. Cuba hay que vivirla porque sino no la entiendes. ¿Utopía? No sé, pero lo que si hubo fue una burbuja cuyo oxígeno era la ayuda de la extinta URSS y el resto del campo socialista. Compotas rusas, carne rusa enlatada, dibujos animados polacos, checos, húngaros. Posters gigantes de Lenin, Marx, Engels y lemas para niños de 5 años tales como: "¡Pioneros por el comunismo.. SEREMOS COMO EL CHE!"

Como dije, Cuba hay que vivirla. ¿El embargo? Si existe, pero se burla. Sino cómo se explica las inversiones de otros países en La Habana por ejemplo. ¿Quién le prohíbe a España construir allí? ¿Medicinas? ¿Por qué España (u otros) no decide hacer importantes donaciones a la isla? No. El embargo existe, más no es el problema.

El problema de Cuba es Cuba. Siempre lo ha sido y siempre lo será. Y es que para entenderlo... hay que vivirlo.

Un saludo

El Guacho