04 diciembre 2017

Mar del Plata 2017

Liliana Sáez



La Rambla de Mar del Plata amaneció intervenida por Marcos López, en una fuerte constatación de los cambios sufridos por el Festival en su 32° edición, empezando por su director artístico, Peter Scarlet, nombrado por el INCAA para reemplazar a Fernando Martín Peña, y la productora, Rosa Martínez Rivero. El festival se desarrolló con algunos inconvenientes los primeros días, pero luego retomó su ritmo habitual, convocando a un público que le es fiel y que colma cada año las salas. En esta oportunidad, la fiesta del cine se vio ensombrecida por la tragedia de los 44 tripulantes del submarino hundido en el fondo del mar que, al día del cierre de nuestra publicación, seguían desaparecidos y sin esperanza de que arriben vivos a la Base de Mar del Plata.
La sombría desesperanza no impidió las programadas Charlas con Maestros, donde asistimos al retorno del francés Claude Lelouch, quien obtuvo su primer premio en 1965, por Une fille et des fusils, otorgado por este Festival: “Tal vez, gracias a Mar del Plata fue que después pude filmar 47 películas más”, afirmó. El encuentro con el director francés, de quien se programó una retrospectiva, fue ameno. Habló de Un homme et une femme, exhibida en el Festival, de cómo escogió a su actriz, Anouk Aimée, una mujer común, preferible a la contundente presencia actoral de Romy Schnider; de la importancia que tiene el director de fotografía en una película y de la simbiosis que debe alcanzar con el realizador; así como también de sus encuentros y desencuentros con los integrantes de la Nouvelle Vague. Mencionó sus conflictos con la crítica, obteniendo como balance que “la única crítica que cuenta es el tiempo, y el tiempo me ha favorecido”.  Es muy optimista sobre el futuro del cine, ya que “las mejores películas están por hacerse, las nuevas tecnologías permiten registrar más fácilmente las emociones” y lamenta que no le quede mucho tiempo para ver esa transformación del cine. Fue una charla amable.
La gran presencia francesa en el festival contó con la visita de Sylvie Pialat, productora independiente francesa y esposa de Maurice Pialat, de quien se ofreció una retrospectiva. Se considera una aliada de los cineastas y cree que una productora siempre se debe quedar con la sensación de que se podría haber logrado algo más y mejor. Ha producido poco menos de 50 películas: además de las de su esposo, las de realizadores como Emilie Deleuze, Xavier Beauvois, Abderrahmane Sissako y Lisandro Alonso. Hace dos años fue premiada por L’Académie des Arts et Techniques du Cinema como la mejor productora.