17 julio 2006

La mansión de Araucaima

Debo reconocer que hacia los 90, en mi ignorancia, Colombia sólo era sinónimo de este ejemplar de "Cien años de soledad", la novela de García Márquez, que ha recorrido el trayecto Buenos Aires- Caracas-Buenos Aires, acompañándome como un ángel guardián, con sus personajes inolvidables: José Arcadio, Rebeca, Aureliano, Remedios, Úrsula, Meme y todos sus clones. Nunca Gabo volvió a escribir algo tan genial. Uno de los mayores exponentes del realismo mágico, "Cien años de soledad" me ha acompañado la mayor parte de mi vida.

En 1992 tuve la oportunidad de conocer algo más de Colombia. Una contracultura llevada de la mano de dos cineastas que se resistían al documental como se había realizado hasta entonces, y probaban sus talentos en la ficción. Ese marzo proyectábamos en la sala de la Cinemateca venezolana la obra de Carlos Mayolo y Luis Ospina, y lo reseñábamos en este programa de mano.

Pude ver una increíble Agarrando pueblo, con la promesa de, al día siguiente, poder visionar Pura sangre, Carne de tu carne y La mansión de Araucaima. Un esguince en el tobillo me impidió ir a la sala y me quedé con las ganas. Pude volver al cine a ver Oiga, vea, Cali: ayer, hoy y mañana y Andrés Caicedo, unos pocos buenos amigos, que ya he comentado en este espacio.

Desde entonces tenía una deuda con los largometrajes de Ospina y Mayolo. Hace unos días, como les conté en otro post, recibí de regalo La mansión de Araucaima, y ahora es su turno.

Inspirada en una novela de Álvaro Mutis (a quién debo leer, sigo reconociendo mis lagunas imposibles), la película de Mayolo me recordó tres filmes que forman parte de mi pequeña biblia cinematográfica: El ángel exterminador, de Luis Buñuel, Teorema, de Pier Paolo Pasolini, y Ana y los lobos, de Carlos Saura.

Una mansión suspendida en el tiempo es habitada por personajes muy particulares, que viven la cotidiana y agradable rutina que les brinda (y se auto-brinda) la Machiche, una hembra blanca y carnoza que va saltando de personaje en personaje para brindarles placer y, de paso, para presentarlos al espectador. Allí están: el dueño de la casa, el esclavo y el guardián que lo sirven. Pero también han ido cayendo en una especie de trampa que abre la casona, la Machiche, un aviador impotente y melancólico y el sacerdote que se reprime hasta la flagelación.

La llegada de una joven modelo, que ha estado cerca filmando un corto publicitario, nos permite enterarnos que ya no se puede salir de allí (aquí las similitudes con El ángel exterminador). La joven es sangre fresca para todos habitantes, sin excepción. Su juventud comienza a sembrar celos entre los personajes (como en Teorema) hasta el desenlace final.

Es una buena película de un Mayolo joven. Allí están encerradas personas que representan distintas profesiones: el militar, el sacerdote, el político, la prostituta, etc. (similitud con Ana y los lobos). La exuberancia de la vegetación que rodea la mansión, la luz blanca que llena los espacios cerrados de la casa, las miradas de los personajes... dan una sensación de atemporalidad, de ilusión, que pareciera trasladarnos a otro mundo, un mundo con sus leyes propias ("Quien entre no saldrá", "Quien salga no regresará"...), lo cual le imprime cierto misterio a esos seres apasionados y destructivos.

No es una película a la que le haya pasado el tiempo. Ilustra una sociedad que puede ser metáfora de alguna actual. En ella están contenidas las relaciones de poder y los mecanismos de quienes lo ejercen para imponerse. Lo mejor de esta historia, a mi modo de ver, es cómo, a través de esos personajes, de las miradas que se entrecruzan y de las puestas en cámara está representado un determinado orden en la mansión, hasta que llega la joven, que lo trastoca. En el desajuste de ese micromundo, cada uno tomará un determinado comportamiento que, en definitiva, buscará recuperar el equilibrio original.

Liliana Sáez

14 comentarios:

azulquitapenas dijo...

Hola Liliana
Mil y mil gracias por tus comentarios, tan bonita vos leyendo lo que escribo o pongo a diario. Respecto a La Mansión te cuento que precisamente ahora andamos en plan de hacerle un homenaje a Mayolo, será todo el mes de agosto y nos hemos unido varias entidades para al menos poder darle un justo lugar a Mayolo que para mí ha sido un gran maestro de la vida. Con él tuve la oportunidad de trabajar en varias ocasiones, pero la mejor fue en Hombres, una serie de televisión maravillosa donde hice el montaje. De su libro ¿Mamá, qué hago? te envío una de sus anécdotas, únicas, como él: El capítulo se llama Mi estrellita y se refiere a Adriana Herrán
"En la Mansión de Arauacaíma es el típico bicho exterminador que termina exterminado. Su anhelo en La Mansión llega en momentos sublimes y perversos como cuando se besa y luego en la cama coge la serpiente para hacer el amor con la experta Machiche, quien hace que la niña se suicide pues los anteriores amantes, el piloto y el cura, no responden a sus clamores...Le hice teñir el pipí de rubio y quedó como un ángel. Al fin y al cabo el personaje se llamaba Ángela..." Carlos Mayolo.

Tatiana dijo...

Ay Liliana, tengo un tomo enorme con las historias de Macrol el gaviero, de Alvaro Mutis que te va a encantar, cuando quieras te lo presto.

Joaquín Llorca dijo...

Muy bien por el homenaja a Mayolo. No sé que pasó con las firmas que recogió Luis Ospina y que enviamos con gusto para su reconocimiento; espero que todo siga adelante. Agarrando Pueblo es una de esas películas que quedan en la memoria con cierto placer opiáceo y una sonrisa dormida. Pocas obras logran instalarte ese tipo de sensaciones en algún lugar entre la cabeza y el corazón.
Mi recuerdo de La mansión no es tan vívido pero también está ahí.

Liliana dijo...

Azul... qué buena experiencia haber trabajado con Mayolo. Y me gusta que el homenaje se lo hagan ahora. Si escriben algo, estaría buenísimo que me lo hagan llegar. Este señor sabe decir las cosas de una manera muy... inteligente y directa.

Tatiana: agradeceré ese préstamo, pero para después que lea todo lo que me trajeron de Cali. Te aviso (gracias).

Joaquín: Qué bueno volver a verte por estos lados. La definición que haces de "Agarrando pueblo" no puede ser más exacta y poética. Yo no me atreví a definirla. Nunca hubiera encontrado palabras tan hermosas.

Cristhian Carvajal dijo...

Sin duda Mayolo se merece este homenaje, al igual que Ospina, quien me a mi parecer es el mejor documentalista de Colombia.

Qué decir de La Mansión (ya todo lo han dicho ustedes), simplemente se nota el trabajo intenso en la dirección de actores que caracteriza a Mayolo.

Respecto al trabajo que azulita hizo con Mayolo, te cuento que fue excelente, porque esta serie era lo máximo.

Que bueno es ver estos post sobre cine caleño y sobre Colombia en general, aunque difiero (pero por muy poco) que el mejor libro de Márquez sea "Cien años", para mí es "El amor en los tiempos del cólera".

Un abrazo

Juan Lorza dijo...

Conocí a Mayolo cuando apenas me definia entre la ingenieria industrial y la expresión, lo conocí cuando decidido a recorrer los lugares del cine caleño vi esta película "la mansión de araucaima".......tarán tarán tarán tararara ra ra taaararara tarara tara tarara tantantan......esos es una interpretación barata y propia del piano de la música de la película!!!!
bacano leer que estes viendo a Mayolo........Agarrando Pueblo es genial no????

Liliana dijo...

Hola Hildebrando... jajaja, muy musical tu comentario.
"Agarrando pueblo" es una locura genial. Hay que verla (pero también contextualizarla).
A Mayolo le tengo mucho respeto.
Un abrazo.

Liliana dijo...

Cris... Para mí García Márquez después de escribir Cien años de soledad reescribió lo demás. Quizá esté equivocada. Tampoco he leído absolutamente tooooda su obra, pero en la que he leído, encuentro alguno de los personajes que se asoman en Cien años...
Mayolo se merece su homenaje. Ospina también. Y Caicedo, claro, cuando se pueda...

Andrea Estrada Gutiérrez dijo...

Para alegría de la mayoría de los que comentan en este post, a Mayolo le dieron el Premio Nacional Toda una Vida Dedicada al Cine el pasado 26 de Julio. Este premio se lo merece no sólo por los más de 20 años dedicado al cine nacional, si no por el legado que con sus peliculas y experiencias deja en los nuevos relaizadores caleños y colombiano.

Liliana dijo...

Qué grato tenerte por acá, Andrea. Realmente, Mayolo se lo merece. No sabes cuánto me alegro. Y sobre todo, me pone feliz que él pueda recibir ese reconocimiento.
Mayolo me permitió saber de Cali por primera vez. Y de esa vez, vino todo lo demás: Caicedo, ustedes y lo que vendrá.

Liliana dijo...

Y Ospina... claro que también Ospina. :)

Andrea Estrada Gutiérrez dijo...

Sabes qué de Ospina? viene muy pronto a Cali y en un taller en el que estoy participando de Realización de cortometrajes de bajo presupuesto organizado por la Secretaría de Cultura y Turismo, vamos a tener un día de charla con él...:):):)
Super chevere, además porque también viene la maratón de Mayolo, entonces buenísimo.

Liliana dijo...

Cuánto me gustaría compartir eso con ustedes. Son dos cineastas que tienen mucho para enseñar. Y creo que, de alguna manera, están entregando la posta a la nueva generación, lo cual habla bien de ellos.

Anónimo dijo...

buenas tardes...donde podria ver la mansion de araucaima,eroticon,etc..en fin tantas peliculas colombianas viejitas pero buenas...gracias....cualquier respuesta me pueden escribir a...toboncho.108@hotmail.com....gracias...orlando