05 septiembre 2018

El documental humano, un libro de Mario Handler

Liliana Sáez


Mario Handler es un documentalista uruguayo de gran actividad artística y política en su país y en América latina, debido a una carrera iniciada en los duros e idealistas años 60 y 70, con obras como Carlos, cine-retrato de un caminante  en Montevideo (1965), donde sigue con la cámara a un hombre al que la ciudad ha abandonado; Elecciones(1967), codirigida con Ugo Ulive, sobre la vida de un caudillo político; Me gustan los estudiantes (1968), registro de la protesta estudiantil ante la Reunión de Jefes de Estado Americanos en Punta del Este; Liber Arce, liberarse (1969), codirigido con Mario Jacob, sobre un joven estudiante asesinado por la represión estatal… Estos títulos son parte del bagaje que lo acompañó en los primeros encuentros de cineastas de la región en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano: en Viña del Mar (Chile, 1967 y 1969) y en Mérida (Venezuela, 1968), donde compartía cartel con Octavio Getino y Fernando Solanas, de la Argentina; Glauber Rocha, de Brasil; Atahualpa Lichy, de Chile; Jorge Sanjinés, de Bolivia; y Santiago Álvarez y Tomás Gutiérrez Alea, de Cuba; entre otros. De allí surge la necesidad de crear, junto a Walter Achúgar, Mario Jacob y otros compañeros, la Cinemateca del Tercer Cine, que se ocupaba de la distribución de cine de estas latitudes por las pantallas iberoamericanas.
En su exilio en Caracas, Handler prosiguió filmando documentales y realizó una incursión en la ficción con la adaptación de una novela de Guillermo Meneses, Mestizo(1989). El tardío retorno a Uruguay le permitió realizar Aparte (2002), un largometraje documental totalmente autoral, ya que asumió todas las responsabilidades, desde la preproducción hasta la posproducción, pasando por el rodaje y la edición. Durante cuatro años y con graves problemas de salud, entró con su cámara de video a un barrio marginal de Montevideo, donde convivió con seres que cada día lo sorprendían e, incluso, tomaban la cámara para plasmar las carencias materiales y afectivas que los rodeaban. Luego le siguió la testimonial Decile a Mario que no venga (2007), una revisión de los años duros de la dictadura, y su última, Columnas quebradas (2015), sobre la clase obrera uruguaya, entre otras. A lo largo de su vida, fue obteniendo el debido reconocimiento en festivales latinoamericanos y europeos.