05 junio 2018

Una hermana (Sofia Brockenshire y Verena Kuri, Argentina, 2018)

Liliana Saez


Lo que importa no es la historia, sino el relato. Ese parece ser el dogma por el cual las dos directoras, la canadiense Sofía Brockenshire y la alemana Verena Kuri, han utilizado para realizar Una hermana. La desaparición de una chica suscita la búsqueda por parte de su hermana. Una búsqueda narrada en tonos de dolor, incógnitas, silencios y mucha impotencia. En un barrio humilde de la provincia de Buenos Aires vive una familia de mujeres: la madre, las dos hermanas (Lupe y Alba) y el pequeño hijo de Lupe, la joven desaparecida.
Al comienzo, en un paisaje nocturno, pleno de misterio y apenas iluminado por un cielo azul oscuro y los coches que pasan por una carretera aledaña, alguien se interna en la espesura del bosque y prende fuego a un automóvil. Las preguntas de la familia, al ser llamados para reconocer el auto, da la pista de la ausencia de Lupe. Tonos sepia, los del otoño e invierno, visten los fotogramas de Una hermana, con el frío colándose por los huecos de los vagones del tren que realiza un largo viaje hasta donde Alba (Sofía Palomino) radica la denuncia.
Una hermana fue estrenada en la Bienal de Venecia y fue invitada a participar del programa Biennale College. En el último Bafici, logró el premio SAE/EDA por su montaje, a cargo de las directoras y Verena Kuri, con una edición que va estableciendo una sintaxis a través de cuadros en negro, por momentos salpicados por las chispas del fuego.
La fotografía de Roman Kasseroller, Federico Lo Bianco y Andrés Hilarión logra la inmersión del espectador en ese espacio alejado de la gran urbe, con grandes extensiones rurales y la vida recluida en pequeñas casas descuidadas y habitadas por mujeres que van abandonándose a medida que envejecen en soledad. La vida no es lo que esperaban… son mujeres cansadas, desilusionadas, ajadas… Alba comienza a recorrer el camino en la búsqueda de su hermana, golpeando puertas que no se abren, pidiendo noticias que le escamotean, atenciones que se le niegan. La brisa mece las ramas, las cortinas de la humilde casa, la ropa tendida, la blusa de una mujer de espaldas… Detalles que están en foco, mientras se va generando un clima subterráneo, en segundo plano, que va alimentando esa impotencia que siente la protagonista.