07 enero 2016

Kinephilos cumple diez años

Liliana Sáez



Hace 10 años nacía Kinephilos. Refugio de filias y fobias cinematográficas, con proyección en El Espectador Imaginario, la revista de Aula Crítica. Camino recorrido junto a colegas y amigos, a estudiantes convertidos en críticos.

Este año va dedicado a cuatro ausencias significativas: a la frescura de una compañera de estudios, Lissette Vidal, y sus ganas de vivir; a la mirada poética y ética del fotógrafo Luis (Gusano) Brito, al recuerdo de una persona que confió en mi profesionalismo y luego se convirtió en una cálida amiga, Josefina Jordán; y a alguien para quien no tengo sino admiración por su amor al cine, por su conocimiento y esa necesidad de compartirlo, Manuel Martínez Carril, ¡chapeau!

03 enero 2016

Noche sin distancia

Liliana Sáez



Mar del Plata 2015 se permitió un pequeño lujo, de esas maravillas pequeñas, que pasan inadvertidas. A mí me llamó la atención su director, Lois Patiño. Su Costa da Morte fue elegida por mí para retratar un 2014 de cine. Este año esperaba algo por el estilo, pero no… Si bien sigue siendo coherente con su búsqueda intensa de retratar el paisaje, hay oportunidad de asistir en unos pocos minutos, porque de un corto se trata, a momentos aparentemente estáticos, espacios supuestamente nocturnos y diálogos apenas susurrados, para narrarnos un momento, “un instante en la memoria del paisaje”, como Patiño subtitula su Noche sin distancia.
Como obedeciendo los versos de Texeira de Pascoaes, una serie de imágenes fijas, grabadas en negativo, coloreadas en algunas secciones (algo verde aquí, un púrpura allá) permanecen ante nuestras pupilas, con el tiempo suficiente como para notar que hay una tela que flamea, un pequeño hilo de agua que corre, montañas claras en la noche oscura. “Pressentimentos, figuras, apariçoes… Há rastos de almas na paisagem…”, dice el poeta. A los segundos de mirar, el mismo paisaje devela una figura humana. Una y otra toma con las mismas características, diálogos susurrados (en primer plano, aunque quienes los emiten estén inmersos en un gran plano general) que hablan sobre los posibles pasos para transportar el contrabando. Las imágenes nos narran la historia de unas gentes que suelen atravesar las montañas de Gerês, en la frontera entre España y Portugal.

Mar del Plata 2015

Liliana Sáez

Del 30 de octubre al 7 de noviembre se llevó a cabo la 30º edición del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Un festival que hemos reseñado años anteriores y que va recuperándose de los marasmos en que lo suelen sumir los vaivenes políticos, que a veces lo han censurado, otras, directamente lo han suspendido y las mayoría, le han recortado un presupuesto digno para un festival clase A como el que es.
Desde 2008, bajo la batuta de su director, José Martínez Suárez, y con el feliz retorno este año del historiador, crítico y coleccionista Fernando Martín Peña como director artístico, ha ido creciendo con el apoyo cada vez más patente del INCAA y de los gobiernos nacional y provincial. Lo mejor que hemos visto en esta oportunidad, cosa que ya detectamos hace un año atrás, es la fidelidad con la que los marplatenses miman a su festival. Las salas de los cuatro complejos y el Auditorium, siempre llenas desde primeras horas de la mañana, así lo atestiguan.
De la mano de Peña llegaron a la pantalla varias películas de cine argentino restauradas. Hubo retrospectivas de Daniel Tinayre, Pierre Chenal y Ralph Pappier.Los venerables todos (Manuel Antin, 1962) se estrenó en el país luego de 50 años de realizada. Este ejemplar del cine negro había sido presentado en Cannes 1962. Al fin tuvo su reencuentro con el público argentino. El tono cinéfilo del Festival se sigue acentuando con la presencia, este año del hongkonés Johnnie To y una serie de Panoramas donde el énfasis autoral así lo determinan. Hubo retrospectivas del ruso Aleksandr Dovzhenko (con once de sus películas), del austriaco Gustav Deutsch y del filipino Kidlat Tahimik, que estuvo presente en la ciudad balnearia.