13 agosto 2006

Andrés, el guardián del Calabozo

Antes de denominarse así, Kinephilos intentó ser Cinesífilis, una palabra que leí por primera vez en un texto de Andrés Caicedo. Por Andrés descubrí Pulsar, y de allí hasta Daniel, sólo unos pasos: comentarios, mails, msn... la amistad. Perteneciente a la raza de los I-H (ingenieros humanistas), Daniel me ha abierto un mundo: ha compartido sus amigos, a los que ya siento míos; su ciudad, que raramente me es familiar; su dedicación a El Clavo, que leo regularmente; su música preferida, que nace muy cerca de donde yo vivo... Daniel se ha convertido en un amigo que en pocos meses se ha vuelto entrañable. Hoy publica en este espacio reservado a quienes quieran compartirlo conmigo, y lo hace escribiendo sobre aquella película que a mí me descubrió ese mito caleño que es Andrés Caicedo.
Bienvenido, Daniel.
LS


UNOS POCOS BUENOS AMIGOS / NO TAN POCOS
Daniel Mauricio Guzmán Burgos


Hace 24 minutos me terminé de ver el Docu-drama de Luis Ospina Unos pocos buenos amigos y quedé frikeado... Me movió el sentimiento ver esa convergencia de imágenes que representan casi todas las cosas que más me apasionan en mi vida: Cali, la de allá y la de acá, el paraíso infernal, la ciudad que me vio nacer y me ha visto vivir, el caldero que cocina extremos sin aparente dificultad; las personas que me despiertan el orgullito de ser de esta provincia extraña, verlas jóvenes, flacas, con pelo, vivas; y Andrés, el guardián del Calabozo, de Calicalabozo.

El documental como tal es un homenaje, un exorcismo y una escapatoria a un largo luto… eso para Ospina. Para mí, que he recorrido con humildad y casi que sin una consciencia absoluta de un por qué, el camino del destinito fatal, es el elemento último donde todo finalmente se une, se acopla y tiene sentido.

Ver esa Cali mezclada, la de las imágenes de archivo, de los 70s, del mítico Teatro San Fernando, de la calle sexta amplia, libre, receptora feliz del mayor regalo que tiene la ciudad –la brisa que llega con la tarde, regalo del océano– vena principal de la sociedad, el verdadero pulso de Cali. La Cali de los 80s, la que mis muy jóvenes ojos vieron y mi supremamente selectiva memoria –por alguna extraña razón– aun mantiene en el recuerdo: Versalles [Con su parque hoy remodelado y a pocas cuadras de mi oficina], Centenario [Con la antigua sede del Colegio Berchmans, que fue demolida y ahora sólo queda la iglesia], Santa Mónica, Santa Teresita y de nuevo la sexta. El reconocimiento de esos lugares, el saber que aún los vivo y que fueron el escenario por donde se movió Andrés es algo muy fuerte.

Yo nunca había visto a Andrés en movimiento. Suena raro para un man tan fan como yo [Declarado] pero es que tenía miedo de matar a mi imagen de él. Confieso que verlo ahorita tan mundano, tan “real” movió las cosas pero en últimas Andrés volvió a quedar en su sitio privilegiado, donde debe estar. Escucharlo hablar, verlo actuar en su película inconclusa Angelita y Miguel Ángel haciendo de un Policía-empleada-del-servicio (Con pelo corto, incluso) fue alucinante. Y bueno, los amigos, la gente de alrededor: Enrique Buenaventura (y el TEC), Oscar Campo, Carlos Mayolo, Miguel González… todos esos, caras conocidas. Ver a los desconocidos es otra cosa, especialmente a Clarisolsita, que llegó a parecerse tanto a la heroína de su historia [¡Que viva la Música!] que desmereció totalmente la dedicatoria del libro.

Es extraño ver cómo la rotación del mundo y de la Historia cambia las cosas. De hace 20 años, cuando eran sólo unos pocos buenos amigos a hoy, cuando se está levantando una asombrosamente gigante ola de personas marcadas por la sombra del muchacho “desgarbado, de pelo largo y anteojos, tomándose una Coca-Cola y hablando con los muchachos de Cine”. El muchacho que ahora es mito y que con su Cine Club, sus vampiros y sus personajes trágicos logró que Cali pensara en ser más que una ciudad espectadora y pasara a vivir entre cámaras y guiones.

Santiago de Cali, 11 de Agosto de 2006.

7 comentarios:

Liliana dijo...

Parece mentira la impronta que puede dejar un ser como Andrés Caicedo.
A ti te pasó diferente que a mí. Cuando yo vi esa peli, no sabía absolutamente nada de Andrés. Por eso me fascinó, por eso comencé a conocer una Cali que estaba distante, por eso comencé a hurgar librerías hasta dar con sus libros...
De la película recuerdo (con varios años de lejanía) la filmación, Ciudad Solar, la referencia a la cantidad de cuadernos que dejó Andrés. Y a un joven (no sé quién es) recitando unas palabras de "El atravesado". También a Andrés en el Cine Club. Su figura desgarbada, sus lentes, su "aire lewisiano", como él lo llamaba, me atrapó y no me soltó jamás.
Escribiste esto "al toque" de haber visto la peli. Me encantaría saber qué pasa dentro de unos días, cuando del bombardeo de imágenes, ideas, sentimientos, sólo te queden los que quieres resguardar.

::::W:::: dijo...

Hola. Un saludo desde Colombia, recién veo este espacio, llegué buscando información sobre los Monty python, y me quedé leyendo un rato. Y si, esta es la tierra del atravesado, que bueno que te guste.

Liliana dijo...

Gracias, Freddy por la visita y el comentario. Ya visitaremos tu blog y te comentaremos.

Cristhian Carvajal dijo...

Pues muy a mi dolor, no he visto esta peli. Sé que suena extraño en alguien que también ama la obra (sobre todo ¿cinematográfica?) de Luís Andrés Caicedo Estela, pero debe ser que aún no es hora o que debo ponerme más juicioso en la tarea.

De esa Cali que narra Unos Pocos... tengo la misma sensación de Dániel, que hemos recorrido inconcientemente los mismos pasos de este flaco.

Muy bacano verte por acá Dániel, ahora sólo falto yo, que a propósito ya tengo sobre qué escribir.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

yo desde la Santiago de Cali, me fascina lo relacionado a Andres... y que aún no nos olvidemos de lo que este personajes nos ha dejado y que por unos pocos parece irse olvidando... yo en lo personal le admiro y respeto.

Y por otro lado, quisiera en algún momento de mi vida poder escuchar todas aquellas canciones que hicieron parte de este hombre. Ahí está... ayúdenme si quieren en este intento de transportarme a lo que ya no está frente a mis ojos y que por ser del 83 no tuve la oportunidad de ver.

Anónimo dijo...

Increible devoción a Andres, "¡Que Viva Andrés Caicedo!"

Anónimo dijo...

Saludos!

Quería escribir a nombre del grupo literario "Unos Muchos buenos Amigos, Andrés Caicedo": Somos “jovencitos con tendencias delincuenciales” que estudiamos principalmente la obra de Andrés, nuestra ciudad Calicalabozo, el cine y varios de los autores que compartimos con Andrés una gran simpatía. Nos hemos dado a la tarea de buscar a todos los “pocos buenos amigos” (Ya encontramos a Guillermito!) de Andrés, sus lugares, sus teatros, sus películas, sus libros, sus aficiones y otro poco de ácidos. Tenemos un trabajo de investigación y análisis muy serio.

Es por esto que me interesa contactar a los vinculados con estas reseñas, tanto a Liliana Sáez con su espectacular blog, como a Daniel Mauricio Guzmán Burgos, ya que creo que tenemos muchas cosas en común y sobretodo un trabajo en el que podemos llevar de la mano desde nuestros distintas aficiones (trabajos, lo que sea). Agradecería si se comunicaran a mi correo hellmetalwarrior@hotmail.com.

Muchas Gracias Carlos Segovia.