
Como cada fin de año, acudo a Eduardo Galeano para que me preste sus letras que tanto interpretan mi sentir. Del Libro de los abrazos tomé este texto, que dedico a cada uno de los colaboradores y lectores de kinephilos, sin los cuales nada de esto tendría sentido.
Que cada uno de ustedes sea esa chispa mágica que contagia a los que los rodean. Que cada uno tenga de quién recibir esa otra chispa que les da un motivo para seguir adelante.
¡Feliz 2009!
Liliana Sáez
El mundo
Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
—El mundo es eso —reveló—. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.