El Espectador Imaginario ya ha adquirido presencia propia, así que ya no publicaré aquí su contenido mensual, sino que me limitaré a invitarlos a leer mis textos producidos para la revista.
Como corresponde, ya ha aparecido el número dedicado al mes de
mayo, que les invitamos a leer. Allí he escrito uno de los trabajos para el Investigamos, dedicado a uno de mis cineastas favoritos, de esos que a veces da vergüenza reconocer, pero como me acompaña desde muy temprano con su cine, no voy a ignorarlo, sino por el contrario, voy a compartir con ustedes por qué me gusta tanto:
Ken Russell, en su vertiente musical.
En abril fue el festival de cine independiente de Buenos Aires,
BAFICI, para el cual fui acreditada a través de la revista. Así que allí estuve, junto a Marcela, con quien cubrimos lo que pudimos, ya que hubo exhibición de más de 400 títulos, que debían apurarse en sólo 10 días. Algo imposible, salvo que hubiéramos podido modificar el curso del tiempo o hubiésemos tenido una vida paralela para prestársela al cine.
De allí surgió la escritura de dos críticas sobre dos películas que participaron de la competencia internacional y que me gustaron lo suficiente como para dedicarles su par de páginas:
La mujer sin piano y
Ajami.
Espero poder volver a escribir con mayor continuidad y más individualidad en este espacio que quiero tanto. A ver si el tiempo me deja...