31 enero 2006

Sobredosis de Caicedo


Mi obsesión por Andrés Caicedo surgió cuando vi un documental filmado por Luis Ospina, un entrañable homenaje a ese amigo que sintió que ya lo había vivido todo a los 25 años.
Desde entonces, atesoro "¡Que viva la música!", su único libro publicado en vida. Sus amigos han seguido editando sus escritos, sus cuentos, sus artículos. Andrés no sólo fue escritor (de guión para cine, de literatura, de críticas cinematográficas), sino que fue un CINÉFILO con mayúsculas. Era amante de los vampiros y mantenía una relación de amor-odio con su ciudad natal, Cali, a quien le dio su primer cineclub y su primera revista de cine.

Aquí, la crítica que escribí luego de ver la película que me presentó a un Andrés fascinante.

Andrés Caicedo. Unos pocos buenos amigos

Si Andrés Caicedo viviera llevaría sus cuarenta años con la dignidad que confieren un puñado de canas y la tranquilidad de tener tras de sí una eficiente tarea realizada. Pero este caleño, nacido en 1951, puso fin a sus días en 1975, llevándose su sonrisa angelical, sus pequeños ojos escondidos tras las gafas y su tímido tartamudeo. Sin embargo, nos dejó un sin fin de escritos talentosos, sensibles, subversivos.

En Cali sólo conocen a Andrés Caicedo sus amigos, entre los que se cuenta Luis Ospina, realizador de "Andrés Caicedo: Unos pocos buenos amigos", título inspirado en un fragmento de la novela de Andrés "¡Que viva la música!".

Que nadie sepa tu nombre
y que nadie amparo te dé.
Si dejas obra,
muere tranquilo,
confiando en unos pocos
buenos amigos.

Ospina enfrenta este docudrama, como él mismo lo define, a través de doce capítulos que recogen testimonios de sus amigos, fotografías y una cantidad de material audiovisual que enriquece la obra hasta el punto de no saber a qué se debe el éxito logrado en la transformación del espectador, si a la efectividad de la película o a la avasalladora personalidad del homenajeado.
De cualquier manera, quien vea "Andrés Caicedo: Unos pocos buenos amigos" accede a este increíble escritor, crítico y realizador cinematográfico, a través del cariño añejado de Luis Ospina, quien compartió con Andrés buenos momentos de juventud.

Una entrevista inicial nos hace sentir culpables de no conocer la figura de Andrés Caicedo. En Cali, nadie sabe quién es. Sin embargo, I. FELICES AMISTADES, nos presenta a sus pocos-pero-buenos-amigos: Alfonso Echeverri, Carlos Pineda, José A. Moreno, quienes, junto al testimonio de Carlos Caicedo (el padre de Andrés) nos narran sus recuerdos que llevan prendida la niñez de Andrés. Amaba jugar fútbol, odiaba las fiestas, era torpe...

II. RECIBIENDO AL NUEVO ALUMNO nos presenta a Germán Cuervo, Miguel González, Jaime Acosta, Enrique Buenaventura, quienes recuerdan a Caicedo como el primero que les hablara del "boom latinoamericano", allá, por 1964. Su descubrimiento del teatro y su ingreso al Teatro Experimental de Cali, como actor y, luego, ocupando un espacio para lanzarse a un sueño que vivirá con los ojos abiertos durante sus últimos años: la dirección de un cineclub (el primero de Cali).

III. ANGELITA Y MIGUEL ANGEL es el título del guión de Andrés que comenzó a rodar junto a Carlos Mayolo en 1971. Ospina lleva a cabo, junto a Jaime Acosta, Pilar Villamizar y Fabián Ramírez la reconstrucción de este film "perdido". Los testimonios señalan que las discusiones sobre el final, que surgieron entre Caicedo y Mayolo, fueron la principal causa de su aborto.

Ospina ofrece un doble juego: imágenes recuperadas del film y diálogos leídos desde el libreto, por los personajes, nueve años después. Seres que viven en un encierro, en la oscuridad, son enfrentados a un conflicto exterior. Se trata de la primera película de ficción que llevan a cabo los jóvenes de esa generación, quienes, cansados del documental, buscan vías nuevas para la creación.

IV. CALICALABOZO. Imágenes de Cali, música tropical y palabras de Caicedo:

Maldita sea, Cali es una
ciudad que espera,
pero no le abre las puertas a
los desesperados.

La letra de una vieja máquina sigue definiendo al calabozo: "Odio a Cali, una ciudad con unos habitantes que caminan y caminan... y piensan en todo, y no saben si son felices...", dibujando a la ciudad que cobijó a este querido hijo desconocido.

Andrés vivía con el horror por dentro, sentía pasión por el miedo, sufría, era vulnerable... Testimonios que Ospina sólo puede reflejar a través de sus conocidos, de sus escritos, de la música, de la imagen. La violencia vivida en el valle del Cauca permite esa fascinación por el horror que tan bien interpretó Caicedo y que es común a toda su generación.

V. MEMORIAS DE UNA CINESÍFILIS: Ciudad Solar fue el bastión de este grupo de jóvenes que compartía con Andrés el amor por el cine y la fotografía. Especie de comuna, cedida a Hernando Guerrero, la casona se mantenía con el producto de las entradas del cineclub que Andrés, gentilmente, cedía. Allí iniciaron sus carreras Miguel Gonzáles, Oscar Muñoz, Fernel Franco, Carlos Mayolo...

VI. OJO AL CINE: Clarisol, Guillermo Lemos y Carlos Tifiño, entre 12 y 15 años. Jóvenes que concurrieron por curiosidad al Cineclub de Cali y se prendaron del amor al cine que sentía Andrés, iniciando el riguroso rito semanal que era adentrarse en el estómago oscuro de la sala para después gastarse las horas hablando de lo que habían visto, absorbiendo las enseñanzas de Andrés, estrechando lazos, a pesar de la diferencia de edades. Así descubrieron la admiración que Caicedo sentía por Jerry Lewis, tan pasado de moda para ellos. Allí hicieron suyas las palabras inteligentes y reflexivas de Andrés:

"En los años 60, Jerry Lewis era la figura que regulaba nuestra impedida adolescencia y cuando malcrecimos, vinimos a comprobar que su torpeza no sólo era la nuestra, sino que la había inventado para que nosotros la copiáramos y nos justificáramos en su genio. La torpeza deviene de la conciencia de ser observado y ésta de concederle una importancia exagerada a las personas y al mundo que habitamos. Nos creemos mucho menos perfectos de lo que somos y esto es lo que nos atemoriza y nos impele a romper el jarrón en la mitad de la visita.
Creemos, entonces, que estamos destinados a la falta de afecto, de reconocimiento y quisiéramos, no que la tierra nos tragara, sino convertirnos en otro, en aquel que sepa aprovechar la mínima parte correcta de nuestra naturaleza"
(tomado de "El genio de Jerry Lewis").

Entre 1974 y 1976 circula en Cali la revista Ojo al cine, que dirige Caicedo:

"...dedicada al cinéfilo desprevenido, de claro aire lewisiano, pero amparado por el cineclub sincero. Y si logra ir en contra de la fofería, de los realistas socialistas y de las momias de la cultura, nuestra conciencia es la cultura en pasta" (Ojo al cine Nro. 3-4, pág. 6), testimonio de la labor reflexiva que en torno al cine llevaba Caicedo. Sus críticas, valientes, desmitificadoras, apasionadas, colman las expectativas del lector.

VII. LOS OSCUROS DESAHOGOS. Andrés es enfrentado por Ospina a los testimonios de sus amigos. ¿Solo, incomprendido, celoso, posesivo? Un apasionado por el cine, por la literatura, sus nervios estaban totalmente expuestos a emociones y sensaciones. Atormentado. Vulnerable. Humano...

VIII. EL ATRAVESADO. Guión de Caicedo. Versión de Julio Ardila. La violencia de los 70, la presencia de la música, de la droga, en fin, una generación que vio crecer y morir a uno de sus máximos representantes.

IX. STREETFIGHTING MAN. La ideología de Andrés. ¿Lo tentó la izquierda? Caicedo quería cambiar al mundo, sin embargo, no se alistó bajo ninguna bandera: "No te detengas ante ningún reto y no pases a formar parte de ningún gremio. Que nunca te puedan definir ni encasillar" ("¡Que viva la música!").

X. EL TIEMPO DE LA CIÉNAGA. Ospina se da cuenta de que los testimonios escritos por la letra nerviosa de Caicedo pesan más que las frases de sus amigos:

"La muerte debe ser la primera consecuencia de la felicidad de la realización. Necesito mi muerte, pero soy demasiado infeliz para morir. Necesito la muerte, necesito la nada".

XI. QUE VIVA LA MÚSICA. Título de la novela que marcó su cita con la muerte. En ella enfrenta al rock, representante de la burguesía, de la penetración cultural norteña con la salsa, símbolo de vida, renovación y autenticidad.

"...escribir, aunque mal, aunque lo que escriba no sirva para nada que sí sirve para salir de este infierno (ja, ja) por el que voy bajando, que sea la razón verdadera por la que he existido..." (Carta de Andrés Caicedo a Carlos Mayolo, 1972).

XII. LA PIEL DEL OTRO HÉROE. Sandro Romero y Luis Ospina encontraron y recopilaron una enorme cantidad de escritos de Andrés y piensan publicarlos ("Destinitos fatales" y "Angelitos empantanados" serán el resultado parcial de ese hallazgo). Su cariño y admiración por el amigo continúa manifestándose día a día y no sólo con palabras.

Mi fascinación por el personaje de Andrés Caicedo, provocada por Luis Ospina, es total, hasta el punto de haber contado casi toda la película. Faltan imágenes, gestos, palabras, sonidos, recuerdos, escritos, que no caben en el papel y que se resumen en no más de setenta minutos de la afectiva obra de Ospina.

A pesar de haber accedido, en parte, a la obra de un ser admirable, inteligente, querible, entrañable, se suspende en la admiración, en esa fascinación a la que me refería, un desconsuelo. Ospina logra, con las frases de los amigos de Andrés, establecer una coincidencia: todos lo admiraban, pero pareciera ser que ninguno se lo hizo saber. Hombres y mujeres recuerdan su juventud con nostalgia, con sonrisas, a veces, pero también con un reconocimiento: nueve años después de la muerte de Andrés Caicedo, logran percibir la dimensión de su amistad. Y el espectador tiene la certeza de que se han quedado con palabras y cariños por expresar.

El film-homenaje de Luis Ospina logra lo que se ha propuesto: enviar un póstumo cariño al amigo ido y dar a conocer una etapa de la vida de este talentoso joven, que a los veintiseis años, cuando publicaba su primera novela, cuando estaba en la cumbre de su desarrollo intelectual, quiso huir de este mundo, quizás, como dice Mayolo, "para morir con las ideas vigentes".

Liliana Sáez

Publicada en Encuadre Nro. 35, Consejo Nacional de la Cultura, Caracas, marzo-abril 1992.

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Kinephila: gracias por tu invitación. Ya eché la primera ojeada y resulta, cuando menos, atractivo. Ya nuestra experta en blog (M.G. Colmenares) se está encargando de colocar el link en el niestro dedo en el ojo. Un abrazo R.A.

Liliana dijo...

Se agradece la visita y el comentario. Abrazos para ti y para todos los integrantes de "El dedo en el ojo"

Canichu, el espía del bar dijo...

supongo que tendría que ver el documental y algo de lo que este hombre hizo. No sé muy bien como encontrarlo, pero buscaré. Tal vez me estés descubriendo a alguien interesante de conocer.

Canichu, el espía del bar dijo...

supongo que tendría que ver el documental y algo de lo que este hombre hizo. No sé muy bien como encontrarlo, pero buscaré. Tal vez me estés descubriendo a alguien interesante de conocer.

Liliana dijo...

Es muy difícil conseguir el documental y sus libros. Quizá puedas encontrar "¡Que viva la música!", que fue editado en vida de Andrés.
Los otros (Ojo al Cine, Destinitos fatales, Angelitos empantanados) son recopilaciones de sus amigos, igual que el documental.
Si alguna vez vas por Colombia, trata de hacerte de alguno de ellos, no te arrepentirás.

Oscar Pita Grandi dijo...

Que gusto hallar gente con gustos semejantes a los de uno. Mira, estoy imprimiendo tu reseña para leerla con calma en casa y luego vuelvo para charlar al respecto.
Un abrazo.
P.S. Hace dos años compré a un presio poco usual por lo alto, el libro que reúne todos los fascículos de OJO AL CINE y más, incluso los que siguieron editando luego de muerto Andresito. Una delicia de casi 300 pag.

Liliana dijo...

Oscar, bienvenido. Mi admiración por Andrés Caicedo tiene tiempo y gracias a él he encontrado un grupo de amigos de Cali, muy jóvenes ellos, que me reconfortan al ver que no lo han olvidado, sino más bien, que lo están rescatando.
Espero que te guste lo que leas. También he colocado en el blog un cuento de Andrés: "Calibanismo" (está en Literatura: Caicedo), por si tienes ganas de leerlo.

Despezcueznarizorejamiento dijo...

Ey! Me dieron muchísimas ganas de ver ese documental!!!...

Liliana dijo...

Lo vi hace muchos años. Yo también quiero conseguirlo.
Si alguna vez se editara en dvd... sería maravilloso (amaría a Amazon)

Anónimo dijo...

hola, hace poco vengo leyendo a Andrés Caicedo, lo último que leí fue el cuento de mi vida. Me ha encantado. Me gustaría saber dónde podría encontrar el documental...
gracias

Liliana dijo...

No sé dónde vives, pero si estás en Colombia, seguramente podrás encontrarlo. Yo lo vi hace muchos años en Caracas. Desde entonces quisiera conseguirlo.
Lamento no poder responderte algo más concreto, pero sí puedo recomendarte leer "Destinitos finales" y "Que viva la música", que también valen la pena. Yo espero el regreso de un amigo colombiano para que me traiga "El cuento de mi vida".
Saludos, tocaya.

Cindy Muñoz dijo...

Hola yo tengo el documental y un video muy bueno que hicieron unos estudiantes de la universidad del valle que se llama Calicalabozo, voy a intentar subirlo por que aun no se subir videos grandes pero mientras les puedo indicar unas partes de un documental de señal colombia que es muy bueno y que esta en internet el link es http://www.youtube.com/watch?v=xdXrJKNHdBM alli hay dos mas. seria un gusto poder charlar contigo liliana chao

Cindy Muñoz dijo...

Lilia por casualidad me conoci con un escritor argentino en otra ciudad cekana a cali rn un festival de literatura y le regale a el las dos pelis de andres, la de luis ospina y una d elos noventa que se llama calicalabozo, si te interesa me escribes para sarte lso datos de el y los copies alla en buenos aires...
ciao

Anónimo dijo...

adios andres...
post-data.
gracias por tu genialidad.

Anónimo dijo...

en andres converge el sentimirnto de desarraigo incluso la capacidad de sufrimitnt que tantas veces menciono el hombrecito y que se evidencia en muchos de nuestras generaciones

Anónimo dijo...

Andres Caicedo...adolecente, desequilibrado y un genio absoluto. No se si estoy extaciada por sus textos impecables o terriblemente celosa de su genio incontenible. "Odiar es querer sin amar" Cali-1966

Anónimo dijo...

Hola
Pues tan Bn soy una Gran Admiradora de Andres
Y esta realmente Interesante tu Recopilado
Chao
suerte

Anónimo dijo...

Andrés Caicedo, es y ha sido icono de nuestra escritura valluna, te felicito y agradezco por prestar un espacio para que el resto del mundo conosca a nuestro andrés, esta muy interesante tu trabajo, conoci a andrés por medio de unos amigos cuando lei sus escritos, de eso hace ya 12 años y nunca he podio desprender de mi, esa peculiar manera de describir una ciudad cargada de energias que producen cambios en el mundo interior como lo es cali, gracias.
Luis Fernando

Liliana dijo...

Gracias por todos sus comentarios. Veo que somos varios los admiradores de Andrés y su obra.
Para mí es una especie de ángel que guía mis pasos profesionales. Todos los días me enseña algo nuevo.
Un saludo para todos.

Anónimo dijo...

Yo no queria q Andres se matara...pobresito. Yo lo lei tantas veces y no me animaba a saber quién era...hasta q le di la vuelta a uno de los libros y me dice ahi..que se mato.
Siempre pienso que lo unico q merecia antes de matarse era q alguien lo mirara con ternura le diera una sobadita a la mejilla y le dijera "todo va estar bien,te lo prometo"...

Claros-Posada dijo...

Andres vive en cada jovencito caleño que ha recorrido la sexta, que ha comprado revistas en ese quioskito de la esquina y a visto puchecas de mujeres cuando aún esta en bachiller, andres esta aqui entre nosotros, recoore nuestras calles en silencio con la cabeza gacha como buscando historias perdidas de pasos humanos.Andres, andres andres, estas vivo y eres un miguel angel en una jaula de angelitas.

Unknown dijo...

Querida liliana:
Antes de nada, un fuerte abrazo de oso jucumari desde los andes bolivianos. Mira, hace no mucho escuché hablar de Andrés porque me interesé leer a los escritores malditos y desde ya, este personaje me ha impactado muchísimo. Te paso mi correo de gmail para que me mandes algunos textos que tengas y podamos leernos mas tranquilos, un fuerte abrazo, mauricio

Liliana dijo...

Mauricio, no me pasaste el mail.
Están publicando en Baires un par de libros de Andrés: Que viva la música y Ojo al cine.

Un abrazo fuerte desde el Río de la Plata.

MAREÑA dijo...

LIliana, ya hablé con Angela Rosa quien te va a escribir, es una lectora e investigadora de la obra y vida de Andrés Caicedo.

Liliana dijo...

Gracias, Mareña. Me encantará intercambiar pareceres con ella.

Mime F.C. dijo...

Hola Liliana,

tal vez llego tarde a este bolgg, o llegó justo a la obra de Caicedo. gracias por su ventana a la calle de mi ciudad, paradojico que desde su ventana caraqueña pueda ver las historias de mi Cali Bella.

Gracias.

Liliana dijo...

Hola Mime:
Hasta mi ventana caraqueña llegaron "Destinitos Fatales" y "Unos pocos buenos amigos". Me los traje a Buenos Aires, desde donde abrí esta ventana, y donde sigo descubriendo que Cali tuvo entre sus caminantes, al ser humano más increíble que pudiera imaginar.
Nunca es tarde para descubrirlo. Este blog vive para contarlo.
Un abrazo.