16 marzo 2007

Ir al cine



Hace nueve años que trabajo con material de archivo. Puede decirse que en el tema que me ocupa, casi no hay fotografía pública y sobreviviente que desconozca. Sin embargo, ayer fui sorprendida por una imagen que no he visto en todos los años que tengo y que me lleva a preguntarme qué ha pasado con nuestra manera de ver cine.

Actualmente podemos ver una y otra vez una película, analizar el desplazamiento de la cámara, la distribución de los distintos elementos en el cuadro, la labor del montaje... gracias a los reproductores de video. También podemos frenar la proyección cuando nos aburrimos, cuando nos llaman por teléfono o cuando tenemos que comer... ¿Qué otra cosa que mal ver una película es eso?

Añoro cuando los cines eran grandes, cuando programabas la ida a ver una película, cuando el cine era un templo y visionar un filme era un acto íntimo. Añoro la oscuridad de la sala, la linterna invasora, la pantalla gigante, los altoparlantes, las butacas duras, las primeras filas para sentirme sola...

Añoro escribir sobre una emoción pasajera, sobre la visión de un sueño que no vuelve, sobre lo que queda de una experiencia tan efímera de la que no puede atraparse ni siquiera una imagen, ni siquiera una línea de diálogo, salvo la que la mente guardó.

Aquellas salas se repartían por el barrio, por la ciudad, por el país, por el mundo... Hubo un tiempo en que podías ver cine en ellas, pero también en un patio del centro cultural, al aire libre; o en un autocine... Lo que yo no sabía es que podías verlo en un tren, cuando no había reproductores de video, sino bobinas y proyectores de carbón... Y era moderno.... Y seguía siendo cine.

Liliana Sáez

PD. La fotografía es de un coche-cine del tren El Capillense, construido en la Argentina, en 1951, durante el gobierno de Juan Perón. Nótese el escudo peronista debajo de la pantalla.

28 comentarios:

Raquel dijo...

Siempre, siempre, la sala de cine. Me gusta ir al cine. Ver cine en casa sólo es un recurso para salvar la falta de oportunidades.

Anónimo dijo...

Bonito relato liliana y buen rescate histórico en forma de imagen.

Raúl dijo...

Coincido con Raquel. El VHS y el DVD (más las posibilidades de Internet) nos acercan otras cosas... Pero el programa frente a la TV siempre debería ser el alternativo en relación a la sala de cine... No hay comparación posible!!!

Unknown dijo...

Eres una romántica! yo iría al cine cada día, pero mi economía no lo permite ni al mes!
Salud!

Liliana dijo...

Es cierto que lo que cuesta ir al cine lo hace cada día más difícil, que las oportunidades que te da el video no las da el cine... pero yo añoro esa cualidad de inasible de las imágenes... esa sensación de sueño. En fin... debo estar poniéndome vieja (juan cosaco lo dice más delicadamente: romántica), pues ya he dicho varias veces que "el pasado era mejor" :)

Anónimo dijo...

Hola liliana y enhorabuena por el post. Yo también soy partidario de las salas de cine, es decir, cuando tengo la ocasión siempre acudo a las grandes salas; un ex-profesor mío decía muy acertadamente: "ver una película en tv es como meter un pájaro en una jaula". Aunque también hay que decir que actualmente hay cada equipo de sonido y cada pantalla que hacen que te sientas como en una sala de cine.

Lo que sí encuentro a faltar muchas veces cuando voy a un cine es un ambiente más respetuoso...

Por cierto, curiosa la foto :)

Saludos.

Canichu, el espía del bar dijo...

qué sala de cine más agobiante, ¿no? ¿Fuíste allí a ver algo?

Liliana dijo...

Bienvenido al blog, Rutenman, y gracias por tu comentario (yo también creo que puede verse en la casa, pero con gente que esté en la misma, a oscuras, sin teléfonos que suenen ni nada que interrumpa...).

Caniche: Ayer, cuando vi esa foto, me enteré que había existido una sala de cine en un vagón de tren. Fue inaugurada antes de que yo naciera. No la conocí. Me parece tan agobiante como ver cine en un avión, o en un bus de larga distancia. Sólo que ahí, en el tren, se reproducen las condiciones de la sala de cine (cerrada, con proyección similar a la de una sala de cine: son herméticas, también, ¿no?).

Faro Rojo dijo...

hola liliana,
vaya foto.
Eso es un zulo con pantalla
en eso se convirtieron muchos cines, en españa.
Las multisalas.
Vea InlandEmpire (D. Lynch)

Sigue siendo un gran blog el suyo.
Hace un tiempo entré y me gustó.
cinéfila total.
Le prometí crear uno similar, pero no tengo tiempo. he estado meses sin entrar en mi blog. No tengo tiempo para crear otro.
Añadiré algo sobre cine, de vez en cuando.
Saludos.



PD: Impresionado por leer el nombre en su blog de SEGUNDO DE CHOMÓN. En españa casi nadie lo conoce. Fue el george meliés español.
Escribiré algo sobre ello.

Faro Rojo dijo...

saludos
y viva segundo de chomón

Liliana dijo...

Segundo de Chomón se merece un post, claro que sí. ¿No fue quien hizo "Tren eléctrico"? Yo lo estudié en la Universidad, así que no es tan desconocido. Pero sí, necesita un poco de prensa, como muchos otros que van entrando en el olvido.
Gracias por tus palabras elogiosas y anímate a escribir sobre cine. Se te leerá.
Un saludo.

Dante Bertini dijo...

vuelvo a tí como se vuelve a...
me gusta cuando escribes... será porque comparto tu sensibilidad...sin embargo, y a pesar de que sigo añorando los cines de antaño, el otro día ví dos en la carretera comentada de punta a punta por donen y agradecí la existencia del dvd

Anónimo dijo...

Muy buen relato, Lili. Tiene un gran nostalgia, es sumamente visual y hasta se siente el aroma especial de las salas viejas, con esas alfombras y butacas de cuero.
Creo que algunas cosas del pasado fueron mejores.
Un abrazo.

Liliana dijo...

Queridos míos:
No estoy en contra del dvd, por el contrario, creo que nos permite ver una peli cuando tenemos ganas de hacerlo, conocer los entretelones de su realización, compartir una película con los amigos, revisar un plano que nos produce asombro, etc. Sólo que cuando vi esta foto, de pronto noté que al salir de las antiguas salas de cine me esforzaba por retener todas las imágenes que me habían impactado y no siempre lo lograba; pienso que ahí reside la magia del cine. Hoy las multisalas se han convertido en comedores con una pantalla y en la casa no se reproducen las condiciones ideales para verlo. En pocas palabras, hoy me cuesta encontrarme con aquella magia del cine, con la posibilidad de adentrarme en la historia, de convivir con los personajes y de vivir un sueño. Hoy me siento una simple espectadora, una espectadora pasiva.
Gracias a todos por sus comentarios. Un abrazo a cada uno de ustedes.

Tatiana dijo...

creo que la magia del cine tiene que ver con que nada interrumpe la catarsis (ni el telefono, ni el timbre, ni las ganas de ir al baño) y asi como cuando una pelicula es buena nos atrapa, cuando es mala el tiempo se nos hace interminable. De cualquier manera queria dejar un post por la foto: IM-PRE-SIO-NAN-TE.

Liliana dijo...

jajaja... Tatiana sabe lo que es encontrar una de estas fotos. Yo me quedé igualmente sorprendida.

Faro Rojo dijo...

Acabo de leer el texto sobre el sol del membrillo.
¡Como si lo hubiera escrito yo!
Increíble
Erice el mayor genio.
lástima que pasen décadas entre sus películas.
El sol... la mejor de los últimos 20 años (a nivel muncial)!!!!


Tendré que ir leyendo los artículos : el angel exterminador,ana y los lobos, ¡Roman gubern!!!, etc.
Vaya enciclopedia digital!
Has leido sulibro sobrela caza de brujas (mccarthysmo?
De culto.
Editorial crítica.


ciao.

Liliana dijo...

Erice, un genio, sí. Se tarda diez años entre película y película, pero qué maravilla lo que nos ofrece (creo que vale la pena esperar).
No he leído el libro de Gubern. Lo tendré en cuenta. Gracias por la recomendación.
Los artículos que leerás están escritos por distintos colaboradores de kinephilos. Después cuéntanos qué te parecen.
Nosotros visitaremos tu blog.
Un saludo.

Andrés David dijo...

Una nostalgia reciente en contrapunto a la tuya. Esa foto la vimos en el escritorio en tu oficina, durante nuestra visita, entre otras fotos y otros libros, los abrazos y la sorpresa de conocer a Elena. Pronto volveremos.

La sala de cine gigante, de techo alto, butacas rojas, casi vacía y a la que Marce describió como las de su infancia. Ayer vimos "El Laberinto del Fauno" y la sala resultó ser el casco invertido de una carabela, decorado con motivos marinos.

Que buen viaje de descubrimiento.

Despezcueznarizorejamiento dijo...

Una cosa, poco personal, antes: Andrés el hombre cinéfilo entraba a la sala y caminaba hasta un poco más del centro de esta, cine san fercho, el san fercho en cali, o el cine del tec; yo creo que abrìa bien los ojos a pesar de que ya conocìa de memoria la sala, estaba seguro de cada uno de sus pasos, abrìa bien los ojos para poder sentarse un poco lejos de todos...como en su cuento...si tenía alguna discrepancia con el público evitaba rapidamente ser linchado...a nadie le puede parecer mala una pelìcula como Persona de Bergman, y si no la entienden pues de malas!....
Andrés se sentaba a la izquierda de la pantalla, siempre a la izquierda. Desde ahí se veía mejor.



Extrañaría los cines de barrio, pero nunca fui a ninguno. Nunca crecí con el cine cerca, tengo videos en Betamax, tengo Wizard of Oz en Betamax, pero no recuerdo claramente una sala de cine. Soy de los que desearía poder vivir esa magia con intensidad...como los niños de Cinema Paradiso. Sin embargo, alguna vez fui a cines pequeños, sin aire acondicionado ni acomodador...y tuve la suerte de ver No te mueras sin decirme a donde vas.

Liliana dijo...

Andrés, ya tu paso por Baires es nostalgioso. Santiago debería estar más cerca aún. Sí, el descubrimiento de la foto fue ese día que nos reunimos en la oficina Marcela, vos, Elena y yo y nos perdimos entre las imágenes de una historia que es y será polémica, pero que construyó sus realidades.
Ahora me toca a mí visitarlos en Santiago.
Un abrazo.

Liliana dijo...

Despezcueznarizorejamiento... vaya palabrita que se inventó Andrés... Sí, él lo describe en alguno de sus escritos, a la izquierda y al centro más cerca de la pantalla... Me recuerda mis tiempos de programadora, cuando no había películas malas (al menos para mí), porque era yo quién las elegía.
Si el Betamax te acercó al cine, esa será tu nostalgia. Yo viví mi infancia en una sala de cine de las de antes, no puedo prescindir de esa nostalgia, porque si lo hiciera, no sería yo, ni mi vida hubiera sido lo que es.
En "El hombrecito de cine" te respondo a tu propuesta.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hace algunos años, más de 20 seguramente, tuve la oportunidad de viajar en El Libertador, un tren maravilloso que unía Mendoza con Buenos Aires. El convoy tenía coches Pullman, con cómodas butacas reclinables y aire acondicionado, coches camarote, para dormir plácidamente, un coche comedor de primera, un coche bar, con mesitas redondas fijas en el suelo, debiendo pasar entre ellas para ir al vagón Nº 1 que era el cine. Allí vi una de Trinity, bastante tonta, claro. (¿Te acordás, de los italianos Bud Spencer y Terence Hill?). Pero la sensación fue maravillosa. Lo que sí, creo que El Libertador era un poco más ancho que el de la foto, que seguramente era de un tren de trocha angosta. Creo que tenía una o dos butacas más por fila, pero eso no puedo asegurarlo.

Liliana dijo...

Yo realmente no tenía idea que en el tren podía verse cine. Viajé, allá por 1967 en El Libertador, pero no recuerdo el cine, quizá porque me preocupaba qué tal sería Buenos Aires, la ciudad a la que me iba a vivir.

Anónimo dijo...

Hola, muy bueno tu blog. Ampliando un poquito el tema, me da la impresion que el coche-cine de la foto no pertenece al famoso tren El Capillense, pues a los coches de El Capillense se los denomina "emabarazados" y las paredes que se ven en la foto son rectas. Y tambien por el techo de tipo "linterna o lucarna", los coches de 1951 eran metalicos y de diseño "aerodinamico" por lo que los techos eran curvos.
Tres coches de El Capillense en la actualidad prestan servicio en el Tren Hospital de la fundación ALMA (www.alma.org.ar) y pueden verse de vez en cuando en Retiro Belgrano.
Con respecto a El Libertador, no fue ni el primero ni el unico que llevo coche-cine, el primero de la era moderna fue El Arrayanes, pero tanto El Libertador, El Expreso Buenos Aires-Tucuman, El Serranoche, El Gran Capitan, Cataratas, y otros que no recuerdo ahora tambien llevaban coche-cine.
En todos se hacia retroproyección. Por si te interesan mas datos, a vos o a cualquier otro lector, te dejo mi direccion: alco251@hotmail.com
Saludos

Liliana dijo...

Gracias por tu aporte Anónimo/Alco251. Esta foto apareció en una colección de fascículos históricos bajo el título "Nuestro tiempo" y el pie de foto da esa información que yo coloqué en el post. La foto pertenece al Archivo General de la Nación.
Habrá que buscar más fotografías de coches-cine, para mí fue un descubrimiento.
Gracias nuevamente, por tu visita y por tu aporte.

onorcini dijo...

Hola, Liliana: Me gustaría saber en qué archivo se encuentra la fotografía. Muchas gracias.

Liliana dijo...

El Archivo General de la Nación queda en Leandro N. Alem al 200 (Ciudad Autónoma de Buenos Aires).
Fue publicada en una colección de libros de historia denominada "Nuestro tiempo".