23 febrero 2008

Diario de viaje: En vuelo

Liliana Sáez



La pantalla del avión dice que faltan dos horas para llegar a Barcelona. El mapa muestra que estamos sobre Lanzarote, y no puedo dejar de pensar en Mararía, la película de Antonio José Betancor, que transcurre en esa isla volcánica. Cuando la vi, la historia no me atrapó tanto como el lugar, un sitio desconocido, con fuego (literalmente) en su interior, con paisajes rocosos y marinos bellísimos y unas costumbres de pelearle a la roca la vida, al sembrar de esa manera tan particular, que en un plano cenital el terreno se parece a las escamas de un pez, o sombrillas abiertas, o a conchas marinas, pero sólo son semicírculos de piedra para proteger el sembradío del viento, del aire caliente, de los vapores que emana ese dragón que es la isla y que siempre parece estar por estallar.

El avión se dirige a Marrakech y evoco el texto que está trabajando un amigo sobre Gabrielle Salvatores, el director de Mediterráneo. Película que no me gustó ni un poquito, por su humor tan ingenuo, su historia tan elemental... Pero este amigo ha visto toda su obra y destaca de ella cierta constante en su discurso: la presentación de personajes de una edad crítica, que emprenden un viaje que no sólo será físico, sino que les permitirá reflexionar sobre sus vidas y transformarlas drásticamente. Las historias con viajes, de los que realizamos casi todos, que nos llevan a lo más profundo de nosotros mismos, forman parte de mis predilecciones cinematográficas. Así que Marrakech Express es una materia pendiente.

Mientras escribo esto, la pantalla nos muestra que estamos sobre Casablanca. Palabra fundamental en la historia del cine. Tardé mucho en ver la película que eterniza en un amor imposible a los personajes que recrean Humprhey Bogart e Ingrid Bergman... y me digo que fanatizarse con ella es una especie de deuda con la generación que me antecede. Porque a mí no me dice mucho, por lo que temo estar blasfemando. El glamour del star system y las secuelas de la Segunda Guerra Mundial les afectó a quienes lo vivieron. Mi generación heredó esa admiración por esta película. Supongo que decir esto equivale a afirmar que a la generación que me sigue no le parecerá tan grandiosa Apocalypse Now, porque tampoco le afectó la guerra de Vietnam. Creo que el valor de una película perdura porque, además de tocar un tema conmovedor, es una película bien realizada. Así, Casablanca me parece menor. Creo que evoca sentimientos a toda una generación, pero no estoy segura que vaya más allá.

Y bueno... me dirijo a Barcelona, donde trascurre parte de la historia de El pasajero, de Antonioni, que sí me evoca sentimientos de todo tipo. Hasta la próxima...

6 comentarios:

Faro Rojo dijo...

Opino lo mismo con respecto a Casablanca. ¿El pasajero? ¿Te refieres a la peli que rodó entre Marruecos y España y cuyo protagonista era Jack Nicholson?
¿La chica de la foto es Maria "mantequilla" Parisina, Schnneider (o como se escriba)?
Si es así, aquí se llamó "El reportero". Gran película.
Un abrazo.

Lena dijo...

Qué gusto por fin podernos conocer!!

Andrés David dijo...

Un viaje que esperabas, un viaje que sazonas con cine y que disfrutarás con familia y con amigos. Buen vuelo, buen viaje y buen regreso. Un abrazo, Lili.

Doctor Spawlding dijo...

Qué lástima que yo no pueda ir a Barcelona y conocerte! Ya le he encargado a Canichu que te mande saludos de mi parte. Disfrutad mucho y tomaros una por mi.

Liliana dijo...

Jazznoize: Sí hablamos de la misma película. En Argentina se tituló así, pero en realidad su traducción es "El reportero". Buena, ¿verdad? Aunque no creo que a Schneider haya que catalogarla por una única escena en "El último tango en París" ;)

Lena: Sí, no falta nada. Estoy ansiosa.

Andrés: Gracias, porque ese deseo es tan sincero como lo necesario que se me hacía este viaje. Otro abrazo y hasta la vuelta.

Dr. Spawlding: Qué lástima, verdaderamente. Pero no faltará oportunidad, quizá alguna vez pueda reunirlos a todos los diacríticos en Buenos Aires. Serán bienvenidos. Ya Canichu te contará... y brindaremos por ti.

Anónimo dijo...

Tienes razón con lo de María. Fue maltratada por la industria del cine. Creo que está arepentida por su participación en la película de "Tango".
Un saludo más cercano desde Murcia.
Jazznoize