Cuando volví a Buenos Aires, luego de vivir por veinte años en Caracas, me inscribí en un posgrado en Periodismo, y lo tuve de profesor. Un hombre al que había leído en la revista Crisis en mi tardía adolescencia. Un hombre que había escrito cantidad de ensayos que trascendían las fronteras argentinas. Un profesor como los de antes, esos que instalaban el respeto en el aula y avivaban la atención para transmitir eso que se llama conocimiento.
No sé qué pasa últimamente, que se van yendo los más valiosos.
Profesor Aníbal Ford, ¡¡¡mis respetos y mi más profunda admiración!!!
LS
1 comentario:
lo siento
es demasiado
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