Una historia trágica que a pesar de tener treinta años no pertenece al pasado, sino al presente de los argentinos. Tiene que ver con los dueños de la opinión pública, con quienes dicen pelear por la libertad de prensa, cuando son quienes la amordazaron. Hoy uno se pregunta si verdaderamente son los dueños de la verdad. Sabemos que son los propietarios de los dos diarios más leídos en la Argentina. Sabemos que son también los dueños del papel en que imprimen sus diarios y que sus empresas han crecido al punto de hacer desaparecer del mapa los demás medios que alguna vez intentaron surgir.
04 septiembre 2010
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