12 septiembre 2014

Dios y el Diablo en la tierra del Sol y "La estética de la violencia", de Glauber Rocha



Liliana Sáez

La amplia geografía del sertão, en el nordeste de Brasil, fue el escenario elegido por el máximo exponente del cine brasilero, Glauber Rocha, para componer su obra más famosa: Deus e o Diabo na Terra do Sol (1964) y su secuela: O Dragão da Maldade contra o Santo Guerreiro (1969).
Para comprender el auge –y el fin- del cangaço debemos referirnos a una serie de circunstancias que hacen a la historia de los personajes involucrados. Muchos han querido hacer un paralelismo entre el western norteamericano y el cine de cangaceiros brasilero. En ambos casos se trata de regiones inhóspitas, donde la civilización intenta hacerse un espacio, con la llegada de los pioneros que buscan establecerse y adueñarse de la mayor porción de tierras, el acompañamiento de religiosos y santones que pretenden llevar la fe al bárbaro para civilizarlo, la creación de ejércitos personales como necesidad de protección, la brecha inmensa e injusta que se instala entre los ganaderos y los campesinos… Todo esto en una época en que se daban las migraciones internas en busca de trabajo, la construcción del ferrocarril para llegar a los lugares más distantes, la industrialización del país que llevaba a la instalación de un estado moderno…
Sin embargo, el fenómeno del cangaço es singular, exclusivo del Sertão y del Agreste. Ambas regiones se caracterizan por sus extensas áreas áridas. El nordeste brasilero posee un relieve irregular que se extiende en sus casi 800 mil kilómetros de superficie total, con ciudades importantes como Salvador de Bahía, Fortaleza y Recife. Para la época a la que nos estamos refiriendo, apenas eran avanzadas de civilización, donde los terratenientes impusieron la agricultura invasiva y el pastoreo del ganado, lo cual fue cambiando el paisaje que transitaban los cangaceiros del siglo veinte. Esa zona también es denominada “caatinga”, un lugar donde la naturaleza se vuelve esquiva al hombre, permitiendo la presencia de fuertes desigualdades sociales.

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