La música es un lazo muy fuerte con momentos muy particulares de la vida. En mi caso, Woodstock significa mi adolescencia más temprana. La voz desgarrada de Janis, la guitarra endemoniada de Hendrix, el folk que se colaba en Dylan, la rabia de Joe Cocker o el blues de Clapton... aunque norteamericanos casi todos ellos, son la música de fondo de mi primer idealismo político, quizá porque la fuerza de esas voces y de esos acordes marcaban la rebeldía ante un Vietnam infame, quizá porque verdaderamente estábamos colonizados culturalmente... pero lo cierto es que esa época feroz y peligrosa se hace entrañable en mis recuerdos, son parte de mi carne, de mis arrugas, de mis decepciones y, también, de lo que me queda de esperanza... todo ello, con esta música de fondo.
LS
Janis Joplin tocando, Festival Woodstock, Bethel, NY (1969)
Eric Clapton, Derek & The Dominos, Port Chester, NY (1970)
Joe Cocker's Band -Vista desde el escenario- Festival Woodstock, Bethel, NY (1969)
Bob Dylan, Woodstock, NY (1968)
Jimi Hendrix, rueda de prensa, Edificio Pan Am, NYC, (1968)
Todas las fotos son de Elliot Landy y han sido publicadas en el libro
Woodstock Vision, The Spirit of a Generation.
5 comentarios:
te aseguro que fueron y son también parte de mi vida:
"con una pequeña ayuda de mis amigos..."
Ha muerto frugone. No se si a tí te dice algo.
Un abrazo
No los conocí en su época, pero igual son parte de la banda sonora de mi vida. Así son los mitos, complejas estructuras simbólicas que heredamos, y de tal modo nos sustentan, hasta que logramos desprendernos de ellas o al menos dejamos de verlas como religión.
Yo soñaba con haber ido a Woodstock, y soñaba con que algún día iba a haber un concierto inluso mayor. Llegó el 99 y la celebración, y ya para ese entonces no me interesaba. Lo que me queda es la música, que es lo importante.
Saludos.
www.asterionloft.blogspot.com
Dante, extraño esta música y su movida. Una pena lo de Frugone... Gracias por tu visita. Un abrazote.
Asterion, bienvenido. Cómo habrá sido (es) esa música que puede convertirse en religión entre generaciones no contemporáneas. Ya sus canciones son clásicos. Y tanto Woodstock como Monterrey son únicos, no sirven reencarnaciones...
La semana pasada estuve viendo el documental y me pareció incríble la fuerza y la magia que revoloteaba por ese campo. Es una pena que mi generación no tenga ningún momento así
Fue una época muy intensa, no sólo de música, sino de ideas, de ganas de cambiar el mundo y de creer que podíamos hacerlo... Hoy, con la distancia, se ve con cierta nostalgia y, ¿por qué no decirlo?, con mucha frustración.
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