07 marzo 2010

El Espectador Imaginario, marzo 2010




INVESTIGAMOS: Metrópolis

Buenos Aires. Una sombra ya pronto serás, por Liliana Sáez
Caracas. La transformación constante, por Pablo Abraham
Madrid. De la zanja costumbrista al cielo cosmopolita, por Javier Moral
Roma. Putas y santos, por José Miguel Viña Hernández
Tokio. La ciudad del futuro, por Manu Argüelles

CRÍTICAS
Dream, por Manu Argüelles
El día de la bestia, por Javier Moral
En tierra hostil, por Javier Moral
Gigante, por Manu Argüelles
Invictus, por Nicolás Damín
La teta asustada, por Beatriz Marín
Nueve reinas, por Liliana Sáez
Precious, por Javier Moral
Shutter Island, por Arantxa Acosta
Tokyo!, por Manu Argüelles
Un hombre soltero, por Arantxa Acosta
Up in the air, por Marcela Barbaro

FUERA DE CUADRO
Mirar las películas, mirar el cine, por Isabel González

CINERAMA
Dossier: Kim Ki Duk, por Manu Argüelles
Serie: Californication, por Arantxa Acosta
Premios Goya, por Javier Moral
Libros: Espíritu de simetría, de Ángel Faretta, por Liliana Sáez

2 comentarios:

Dante Bertini dijo...

últimamente elijo con mucha cordura lo que voy a ver al cine: ¡hay tanta mierda disfrazada de hermosura!
De la lista de criticadas sólo me interesó "A single man" porque acabo de verla, y de comentarla, en mi blog. Las clásicas lo son, así que no vale la pena meterse con ellas, y engendros con Oscar de compromiso no me apetecen nada.
Creo que no estoy de acuerdo con la crítica, o comentario, sobre esta película digna, sobria, elegante y bien filmada. No es un panfleto gay, pero habla de los sentimientos de un hombre que no es cualquiera, sino precisamente un gay. Tampoco tiene nada que ver este personaje ni la película con Muerte en Venecia, salvo que los dos protagonistas mueren al final, uno sin asumir siquiera su condición sexual.
Entre ellos hay tiempo, paisajes, culturas y formas de pensar muy distintas.

Decir que es un anuncio de perfume porque la dirige un diseñador de éxito y es medida y elegante, es desconocer el clima y la situación de una sociedad rica del auténtico primer mundo en una época de particular desarrollo. Por eso el joven estudiante no se emborracha con cerveza barata y usa sweaters de cachemir. Pasaron más de cuarenta años desde 1964...y, para bien y para mal, se nota muchísimo gracias a la labor de Ford y su gente.

Liliana: me gustó verte.
Ya leeré más.
La película de Ford es estupenda.

Liliana dijo...

Gracias por tu comentario, Dante. Ahora me toca ir a ver esa peli (que ni siquiera sé si la están exhibiendo en Baires). Le he mencionado a la chica que la ha criticado tu comentario.
A mí también me encantó compartir contigo aquella tarde.