19 diciembre 2011

Gracias, profesor



La letra apretada en incontables páginas.
Materiales 1, 2, 3...
Verborrágica cadena de ideas develadoras/reveladoras.
El límite del cuadrado que, sí, puede traspasarse.
Las bailarinas de El Ciudadano,
la escena final de Greed,
la estructura del Amanece de Carné
y las calles italianas en busca de una bicicleta.
El contagio de una pasión y la avidez por saber más.
"Todo está guardado en la memoria", dice León.
También esas imágenes que rasgaron mi retina
y me hicieron elegir esta profesión.
Ese hombre tímido y miope
no podía ser más firme en sus convicciones
ni más certero en sus juicios.
Mi profesor, mi guía, mi faro...
Esa linterna que rompe la oscuridad en la sala del cine.
Las sombras que me hablan desde la pantalla
tienen sobreimpresas sus enseñanzas.
Nunca pude decirle Alfredo,
siempre lo llamé Roffé.

2 comentarios:

José Miguel Acosta dijo...

Mu sentido Liliana

Lala dijo...

Pocas pero muy sentidas palabras para tamaña ausencia.-Te acompaño en ti tristeza.-Un beso