Una buena condición para disfrutar una película de Hong Sang-soo es que estemos ante una primera vez. Y es lo que me ha pasado con In Another Country. Una playa fuera de temporada, una posada donde llegar y habitantes testigos de la incursión de una extraña (Isabelle Huppert) en la rutinaria vida lugareña.
Tres frescos que tienen como personaje principal a Anne. No importa cuál sea la historia ni si cada Anne tiene relación con alguna de las otras dos. No importa si al salir a caminar llueve, o no, tampoco si ella toma hacia la derecha o a la izquierda al final de la calle. Los tres fragmentos tienen un desarrollo parecido, mas no igual. No es desigual porque Sang-soo incluya algún personaje extra, o por la diferente historia que viva la Anne en cuestión. No es igual porque la maravillosa Isabelle Huppert compone tres personajes diferentes en sus matices, en sus sutilezas, que no están definidos por el cambio de vestuario o por la actitud frente a los coprotagonistas. Tiene que ver con cualquiera de los tres relatos. Es un pedacito de vida filmada, que nos convence de su verosimilitud a través del gesto, de la situación que, si se repite con ligeras variantes, suscita una sonrisa por el fino humor con que está compuesta.
Hong Sang-soo nos propone un juego, una especie de puzle que se compone según cada espectador, que se resuelve según nuestra voluntad y que, en el fondo, no importa cómo suceda, porque el centro no está en la historia que se nos cuenta, sino en cómo nos la cuenta.
Maravillosa.
(Publicada originalmente en El Espectador Imaginario)
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