Derivación de la ópera prima del director, Te creís la más linda (pero erís la más puta), donde se nos cuenta la historia de uno de sus personajes secundarios, Cristóbal. Un hombre de unos cuarenta años, recién separado de su esposa, en conflicto con su hijo, no logra encontrar una salida a su crisis existencial.
La propuesta del filme no tiene nada de novedoso. Es más, está lleno de clichés donde las mujeres sólo buscan un hombre que las quiera, los hombres solo quieren follar, la esposa desea crecer pero el matrimonio no la deja, el hijo sueña con ver a sus padres juntos, y Cristóbal es un infeliz que no sabe realmente lo que quiere, porque parece elegir siempre justamente lo contrario de lo que le conviene.
Convencional en su relato, aburrida en su temática, sólo utiliza como gancho la vulgar escena inicial, donde dos mujeres en primer plano conjunto hablan sobre sus deseos con una liviandad que resulta chocante y una sinceridad casi agresiva. Luego, el filme se desinfla para entregarnos una historia caduca de un personaje fracasado que suda un machismo anacrónico y que no hace nada por cambiar. Soy mucho mejor que vos tiene reminiscencias de After Hours (perdón, Martin Scorsese, 1985) y se desarrolla sin prisas y sin pausas por un tobogán que va hacia ninguna parte. Totalmente olvidable, aunque haya recibido el premio FEISAL .
(Publicada originalmente en El Espectador Imaginario)
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