16 mayo 2017

Medea (Alexandra Latishev), Una simple aventura (Ignacio Ceroi) y Reinos (Pelayo Lira)

Liliana Sáez

Medea  (Alexandra Latishev), también de Costa Rica, comparte síntomas. El cuerpo de una rugbier encierra un embarazo no deseado. El rostro de la protagonista es inmutable. La cámara la registra insistentemente en primeros planos que no nos transmiten demasiado. ¿Piensa?, ¿sufre?, ¿hay algo que le importe? Los personajes no tienen carnadura, no poseen un mundo interior que permita la identificación o el rechazo por parte del espectador. Como en el caso de María, el personaje de la cinta argentina Una aventura simple (Ignacio Ceroi), va por la vida porque algo la lleva de la mano. Los diálogos son fríos, sin matices, y los personajes, abúlicos… 

En la primera, hay una historia y una cámara que se demora en momentos intrascendentes, con personajes que entran y salen de escena y de la vida de la protagonista sin justificación. No sabemos qué es de ellos. Al personaje principal tampoco le importa. Es igual si están o no. En la segunda, el coprotagonista lanza una mirada expresiva, ¡una!, y es un personaje más acabado que el de María. Ella atraviesa fronteras en busca de su padre, pero no transmite sentimientos, parece más bien llevada por un impulso, el del director, que parece no lograr convencerla de que es ella quien debe decidir y partir de viaje. Una larga secuencia de un indio armado que caza una culebra, rodada en blanco y negro, es lo más esmerado del filme, aunque la escena se alarga más de lo tolerable y no halla parentesco con la historia que se nos viene contando.

En este tipo de registro también ubicamos a la chilena Reinos, de Pelayo Lira, donde un joven estudiante y una tesista entablan relación en la Universidad e intentan acercarse al amor. Las diferencias sociales, de edad y de proyectos conspiran continuamente con una histérica historia de encuentros y desencuentros que no llevan a ningún lado. Para ser justos, debemos decir que nos encontramos con mejores interpretaciones que en las otras dos mencionadas, pero la historia no termina de cuajar.

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